Cristian e Ivana estaban en problemas. En medio de las dunas de Pinamar, con 32º al mediodía y sin sombra a su alrededor, su camioneta negra de tracción simple había quedado estancada en la arena, en el punto más alto de la montaña. Luego de media hora de intentos fallidos para salir de ahí, se vieron resignados a solicitar asistencia. Una pick-up 4×4 llegó y en un par de minutos los remolcó y los devolvió a tierra firme para continuar sus vacaciones.

En la estación de servicio, un playero escuchó con atención sobre su aventura y les explicó: “La próxima, bájenle la presión a las ruedas y avancen sin miedo a velocidad baja constante. Luego, una vez que pasen, busquen inflarlas de nuevo y listo”. Un sabio consejo de alguien que ya pasó por esa situación o que había escuchado y aprendido demasiado de experiencias similares.

Como este, hay muchos consejos que pueden ser de utilidad a la hora de afrontar un inconveniente con el auto, pero también hay otord que podemos tener en cuenta incluso antes de encontrarnos con un problema. ¡Te contamos todo eso y más!

El cambio de aceite

En general, debés realizar un cambio periódico de aceite al auto. Más allá de que “no se consuma” cuando veas el medidor, respetá los períodos sugeridos o tomá como estándar los 10 mil kilómetros. Si bien el nivel de aceite no debería bajar cuando lo midas, sí es cierto que pierde sus propiedades con el paso del tiempo, o de los kilómetros, es por eso que debes sustituirlo.

La presión de los neumáticos

Salvo casos excepcionales, como el de Cristian e Ivana, siempre respetá la marca, modelo y presión que indica el fabricante. Generalmente, una presión adecuada es entre 30 y 32 libras, pero para mayor precisión tenés dos alternativas: buscar el manual o revisar el sticker que generalmente está pegado en el borde interior de la puerta (algunas veces también está al lado de la boca del tanque de combustible).

¿Empujarlo? Solo en situaciones extremas

La sentencia que marca que “los autos nuevos no se pueden empujar” es relativamente falsa. Siempre que sea en situación controlada y, en dirección hacia adelante, se puede usar la vieja técnica de arranque en movimiento, pero nunca intentes hacerlo marcha atrás. Esto último puede acarrear serios problemas con los engranajes de la caja.

No es necesario que el auto “caliente” antes de salir

En los 90, era muy común ver a nuestros padres y/o abuelos salir, encender el auto y dejarlo “calentar”. Esa práctica ya no es necesaria. Actualmente los autos están preparados para un “encender y avanzar” (claro, con las condiciones adecuadas. Y esto significa no forzar el andar). Nunca pises a fondo el acelerador en los primeros minutos de encendido, ya que los fluidos necesitan agarrar temperatura para entregar un rendimiento óptimo. ¿Lo sabías?

Alineado y balanceado

Finalmente, y transcribiendo palabras textuales de Franco Mrad, mecánico especializado del taller oficial Renault en Autocity que colaboró con estos consejos, si queremos evitar el desgaste prematuro de nuestros neumáticos es importante prestarle atención a la rotación, el alineado y el balanceado de nuestras ruedas, con eso nos aseguraremos un uso parejo y una extensión de la vida útil de cada una de nuestras cuatro ruedas

Bonus track. ¿Tenés un auto automático?

Es importante que sepas que la posición de Parking no es un freno de mano encubierto. Más allá de que esta posición de la palanca te asegura la inmovilización de tu máquina, no debes confundirla con el freno de mano. El freno es un freno, y eso no cambia. Usar la posición P como único sustento para garantizarnos que el auto no se mueva a largo plazo podría traer serios inconvenientes con la caja. Y nadie quiere eso, ¿verdad?

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